¿Te cuesta pedir que te recomienden?

—En el peor de los casos, ni siquiera me contestan —me respondió mi amiga (una colega traductora) cuando le sugerí que pidiera a sus clientes que le enviaran testimonios y recomendaciones a través de LinkedIn o un mensaje personal.

—Como autónoma, las recomendaciones de tus clientes son un componente esencial de tu estrategia de marketing. Y, dale, los mimos te van a hacer sentir bien. No des tantas vueltas y hacelo —le dije, tratando de convencerla. Es una profesional experimentada y extremadamente capaz con cierta tendencia al síndrome de la impostora. Estoy segura de que sus clientes la recomendarían sin pensarlo dos veces.

—Las personas son mucho más amables y están mucho más agradecidas de lo que pensás. A lo mejor, te sorprenden —continué—. Mis clientes siempre me responden con la mejor.

Como por arte de magia, casi como si las hubiera llamado, ese mismo día, un poco más tarde, dos de mis clientas me enviaron un par de líneas para incluirlas entre los testimonios de este mismísimo sitio web.

Quizás fue su sensibilidad artística (ambas son cineastas) o tal vez porque son (como yo) feministas... No sé exactamente por qué, pero me hicieron exclamar un emocionado «¡Ahhhhh!». Sus palabras eran tan sentidas y lindas, que me hicieron sentir lo importante que es nuestro trabajo.

Entonces, vos que me estás leyendo, contame: ¿les pedís a tus clientes recomendaciones y testimonios? Y lo más importante: ¿Alguna vez te hicieron emocionar? ;-)

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