Ocho cosas que nunca deberías decirle a las, les y los traductores

Hoy es el día internacional de las, les y los traductores. Como cada 30 de septiembre, hoy habrá cientos de publicaciones de asociaciones profesionales, cuerpos colegiados y colegas de todo el mundo en celebración de la labor de quienes ayudamos a tender puentes de comunicación entre culturas. Tal vez, también recibamos alguna salutación de personas ajenas a nuestro mundo.

Como esa parte está cubierta, hoy quiero dedicarle nuestro día a ese sector de la población que cuestiona cada presupuesto que elaboramos, que nos pide todo para ayer, que se ofusca cuando le pedimos que nos envíe el material para poder presupuestar el trabajo, que cree que traducir es soplar y hacer botellas (sin ser consciente de lo difícil que sería para alguien sin experiencia, por ejemplo, traducir esta expresión a otra lengua).

Sin más preámbulos, desde lo más profundo de mi corazón, ocho cosas que no deberían decirnos a quienes ejercemos la traducción. ¿Por qué ocho? Porque... ¿por qué no?

1. ¿Por qué tan caro? ¡Si son solo dos páginas!

Quienes nos dedicamos a traducir estudiamos mucho y nos seguimos formando continuamente. Invertimos tiempo, energía y dinero en capacitaciones, libros, software y equipos para estar en condiciones de satisfacer sus necesidades comunicativas con idoneidad.

La traducción no es una changa —sí, aún recordamos ese tristemente célebre artículo periodístico (si es que le cabe ese adjetivo)—, ni un negocio exitoso con baja inversión —otro penoso y memorable artículo dizque periodístico— ni un pasatiempo —aunque amemos lo que hacemos—. Es una profesión. Es un oficio. Es un arte. Es una actividad profesional calificada. Es nuestro medio de vida.

2. ¿Cuánto tardarías en traducir [inserte aquí cantidad de palabras/páginas/caracteres]?

Póngase a pensar cuánto demoró en elaborar el material que se desea traducir y considerar cuánto tiempo llevará «reescribirlo» en otra lengua.

¿Estuvo dos años construyendo los personajes, forjando las historias, creando los diálogos de su novela? Entonces, ¿por qué pretende que alguien la traduzca en solo algunas semanas? O tal vez quiere traducir la identidad de su marca, esa que involucró horas, días, semanas de trabajo de su equipo de marketing. ¿Por qué no querría dedicar la misma atención a su comunicación institucional en otra lengua y a otras culturas?

Una buena traducción requiere tiempo. No es una tarea mecánica que consiste en reemplazar una palabra por otra.

3. Aún no terminamos de escribir el original. ¿Podrías pasarnos un presupuesto aproximado?

¿Le pediría a un plomero, a une pintore o a una carpintera una cotización sin mostrarle o detallarle lo que tiene que reparar/pintar/construir? No, claro. Entonces, ¿por qué suponen que podemos presupuestar un trabajo sin saber de qué se trata?

4. Mi [insertar parentesco] estudió [insertar idioma] en el colegio. Mejor que lo haga [insertar pronombre]

El dominio de la lengua extranjera —algo que, dicho sea de paso, no se adquiere solo por estudiar en la escuela— es solamente una de las muchas aptitudes y cualidades que se requieren para traducir. Además, se necesita saber escribir y expresarse correctamente en la lengua nativa. También se debe contar con capacidad para reconocer las diferentes implicancias culturales, poder de análisis y comprensión de textos, criterio para identificar fuentes confiables de información, habilidad para resolver problemas. La lista podría continuar, pero saber cuándo detenerse es una cualidad muy apreciada.

5. Mejor uso [insertar nombre de traductor automático]

A pesar de lo que la ciencia ficción nos hizo fantasear y las empresas nos quieren hacer creer, las computadoras no han podido reemplazar —al menos, hasta el momento— a los seres humanos. Ya sé lo que me van a decir: que ha mejorado mucho, que los algoritmos esto, que los programas aquello. Pero lo dije y lo sostengo: aún no nos han reemplazado. Y falta mucho para que puedan hacerlo. Podría dar muchas razones de distintas índoles: lingüísticas, éticas, prácticas, culturales... Pero prefiero mostrar estas hermosas joyas que, aunque hayan circulado hasta el hartazgo por las redes, siempre logran hacernos reír (por no llorar) y que se aplican tanto a este como al punto anterior.

Es la imagen de una máquina que dice en italiano «Non da resto» y en inglés «Does not rest»Un tacho de basura dice «Raccolta differenziata» en italiano y «Diversified trash» en inglésUn cartel dice en inglés «Turn off showers when you are done» y en español «Vuelta lejos chaparrones cuando usted es hecho»El paquete de un taladro dice «chain saw sharpener» en inglés y «la cadena vio el afilador» en españolUna captura de pantalla de una publicidad en español dice «Sierras Chicas» y en inglés «Sierra Girls»Un cartel en chino que en inglés dice «Don't touch yourself. Let us help to try out»

6. ¡Ah, sos traductor! ¿Das clases de inglés?

La traducción y la docencia son dos profesiones muy distintas. Hay personas que ejercen ambas, pero no siempre es así y no tiene por qué serlo. Saber hacer una cosa no te habilita necesariamente para hacer la otra.

Por otro lado, ¿por qué siempre dan por sentado que traducimos del inglés? ¡Si en el mundo se hablan alrededor de siete mil lenguas?

7. ¡Ah, sos traductore! ¿Hacés traducción simultánea?

Lo primero que hay que saber es que la simultánea es un tipo de interpretación y no de traducción. Y, sí, es verdad que ambas actividades tienen que ver con el traspaso de un texto (oral o escrito, según el caso) una lengua y una cultura a otra. Pero lo que muchas personas no saben es que, a pesar de su parentesco cercano, exigen aptitudes, capacidades, entrenamiento y hasta rasgos de personalidad diferentes. Entre quienes nos dedicamos a la traducción, hay personas sienten terror con solo pensar en la adrenalina de hablar en público, sin tiempo para pensar demasiado y prescindiendo de fuentes inmediatas de consulta. Por su parte, hay intérpretes que se aburren con el ritmo de trabajo de la traducción. Y, claro, también existen quienes llevan a cabo y disfrutan ambos oficios por igual.

8. ¿Qué quiere decir [insertar palabra]?

Quienes traducimos no somos diccionarios con patas y no conocemos todas las palabras que conforman una lengua (a decir verdad, tampoco los diccionarios son así de completos y exhaustivos). Y algo que es fundamental y no debe olvidarse es que las palabras pueden ser polisémicas, es decir, pueden tener diferentes significados según cómo y dónde se las use. Esa es precisamente la clave: el contexto. Entonces, la próxima vez, en lugar de preguntar qué quiere decir una palabra, consulte, por lo menos, una oración completa.

Ahora sí: ¡Feliz día, colegas! ¡Ojalá nunca más tengan que lidiar con estas cosas!

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